Un salón de clase, sin duda, el medio fundamental donde el docente despliega sus recursos personales y didácticos para cumplir con su labor.
Ademas es un espacio donde un docente y un estudiante conviven casi que a diario, dichas situaciones conllevan a otras mas comprometedoras, incluso salidas de la ley, como toda relación humana, posee unas características implícitas y explícitas que le imprimen un sello y dinámica particular, entre maestra – estudiante.
No obstante, la relación profesor-alumno en el aula presenta algunas diferencias que la hacen especialmente diferente de cualquier otra interpersonal, sobretodo cuando existe alguien que utiliza su posición para sacar provecho del otro.
A continuación podemos ver la conversación de entre una maestra y su alumno, donde esta le da clases particulares.

Al parecer la hermosa maestra le da clases al joven pero de otros temas diferentes a los de la escuela.

Como se puede notar La relación entre el profesor y el alumno no se establece sobre la base de simpatía mutua, afinidad de caracteres o de intereses comunes Más bien, se funda en una cierta ‘imposición’: están ahí sin consulta o consentimiento previos, lo cual genera -sobre el chico una obligación clara de complacer a su profesora.

La docente insiste en poder obtener nuevamente al chico, lo cual luego de alago y amenazas consigue.
